"La habitación de Giovanni" de James Baldwin (Mil Botellas, 2023)
- José Henrique
- 30 may
- 2 Min. de lectura

Baldwin nace en 1924 en Harlem. Pobre, de madre soltera, puto y negro. Desde el margen absoluto, erige esta obra (1956) que va a ocupar el centro de las novelas de iniciación, comparable con el "Demian" (1919) de Hesse. Ambas tienen en común, el grito desaforado de la juventud a la salida de esas dos carnicerías humanas, en busca del deseo que los trascienda. Pero la osadía de Baldwin es inconmensurable. Y esto lo vislumbró muy bien John Irving en "Personas como yo", en dónde "La habitación de Giovanni" es el libro iniciático que la particular bibliotecaria de Irving le da a leer al personaje central, que quedará prendado para siempre.
Pero volvamos a "La habitación...", El descubrimiento del amor homoerótico no es un campo de rosas. Giovanni sale del clóset, pero se niega a transitarlo en el pequeño perímetro de gueto aceptado por la sociedad parisina, que a diferencia de USA (de donde viene David, el personaje que nos narra) no está penalizado de forma legal aunque sí moralmente. Está enamorado de David que aunque se hace cargo de su deseo por Giovanni no pretende que traspase las cuatro paredes de la habitación, un clóset más grande y confortable, pero clóset al fin. Giovanni será ejecutado en la guillotina cual Cristo que, con su muerte, asume "nuestros pecados". David elegirá a su novia, la dejará tiempo después, pero nunca se atreverá a traspasar la puerta de las habitaciones que lo esperan. Baldwin, como toda novela de iniciación quiere dejar una moraleja y le grita a la sociedad y a los jóvenes que es preferible la guillotina, a la vida envenenada que aceptará vivir David, condenado por la sociedad a pagar a jovencitos en sucias y húmedas habitaciones, asegurándose de cerrar la puerta cuando salga de ellas.
Esta novela de Baldwin, en el año 56, no tiene la intención de victimizarse, pidiendo permiso para que la sociedad se apiade y acepte extender el corral del clóset, no, va por todo, insta a los jóvenes a que sean heroicos, porque sabe que es preferible darlo todo, incluso la vida, antes que quedarse acurrucado, apretando sus piernas en el rincón de la habitación permitida.
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