Lo difícil de ser Aquiles y Homero a la vez
- José Henrique
- 14 abr
- 2 Min. de lectura

Los mitos son construcciones, talismanes sociales capaces de proteger, vociferar, o simplemente, "ser". Son personajes, no personas. Demuestran, una vez más la fuerza de la literatura para captar las sensaciones de una época, por eso perduran en el tiempo, cargan lo indescriptible, la pequeña punzada simultánea en el estómago de millones, por ejemplo, el día de la rendición de Malvinas. Por eso la ficción es mágica, porque describe sensaciones e impacta sobre lo primario.
El mito se lleva mal con su héroe cuando está vivo, por eso, por lo general, los escoge muertos, para que el personaje mítico no sea cuestionado por la persona. El Mito se lleva peor cuando su héroe es un gran narrador, Aquiles no puede ser héroe y relator de sus hazañas a la vez, necesita morirse y que un Homero las escriba.
Maradona era un mito viviente y un gran narrador. Se podría hacer un libro con sus frases en tercera persona.
Por eso no se puede discutir contra el mito y contra la persona a la vez. Se puede cuestionar el mito construido, también criticar a la persona Diego, lo que no se puede es mezclar los dos registros.
¿Cómo no odiar u amar (según el posicionamiento de cada uno) al personaje que grita dos veces para todo el mundo, el odio a los piratas ingleses que millones tenían contenido en sus estómagos? Cómo no hacerlo con el "cabecita" que grita ese sentimiento antiimperialista que millones rumean en sus casas? ¿Por otro lado cómo no putear a la persona machista y misógina? ¿o al menemista acérrimo? las dos cosas son válidas al mismo tiempo. Sabiendo que en una se está discutiendo contra un personaje y en la otra contra una persona.
¿Por qué se hace tan difícil para todos esta distinción tan obvia? Porque Diego cometió un pecado imperdonable, querer narrar su propio mito, no se contentó con ser Santo, canonizado por otro, quiso ser "palabra de Dios", hijo, padre y espíritu santo.—
Es el único post que no es un cometario de libro. Es sobre Maradona. Tuve ganas de hacerlo...
Hola, no entiendo de qué libro es esta reseña, me perdí