top of page
Buscar

"Quiebra el álamo" de Roberto Chuit Roganovich (FutuRöck, 2022)

  • Foto del escritor: José Henrique
    José Henrique
  • 27 sept
  • 2 Min. de lectura

ree


En el momento que sale ésta, su primera novela, el autor tiene treinta años. Estos dos datos, que sea su ópera prima y su juventud, no son menores. No se imaginan lo difícil que es conquistar una voz narrativa propia y que además sea potente, que deje huella. Roberto Chuit Roganovich lo logra con creces. Recomendación, tomen nota de este autor y esperen ansiosos su próxima novela. Anótenle también un punto a FutuRöck que apostó, en la premiación de su concurso 2022, por una novela osada.

Comparto lo que dice Martín Kohan (que fue parte del jurado) en la contratapa. También la envidia que manifiesta, porque Roganovich, de forma cuántica, hace que el presente, pasado y futuro de su historia, se narren de forma simultánea, sin perder ni agilidad, ni sentido. Hacer esto es una elección arriesgada, porque si no lo lograra, la obra se le despeñaría barranca abajo y sólo quedarían los restos magullados de un pequeño ejercicio ingenioso. Pero créanme que funciona y muy bien.

La editorial, los libreros, los docentes que se atrevan a darla y todos aquellos a los que les encanta guardar las obras en los cajoncitos tranquilizadores de los géneros literarios, van a tener un dolor de cabeza.

¿Estamos frente a una novela homoerótica, o una que se afirma en lo cansino e inmutable de lo pueblerino, donde toda su sordidez se agazapa detrás de cada secreto, para explotar? ¿Amaga, quizás, a un policial sobre quién mató al Mario, parado sobre su bote, lanzando su línea, en una noche de carnaval, o es una novela de ciencia ficción, con su invasión extraterrestre incluida...? Es todo a la vez, dialogando a través de esa forma cuántica de narrar que tan bien maneja.

Este muchacho tiene muchas lecturas encima y se nota, pero lo más importante es que no está pendiente de ellas (acá hay una pista de por qué la envidia honesta de Kohan), están ahí, logran fluir, armando esqueleto imperceptible para que esa maquinaria compleja, narre con esa cadencia amable, continua, brutal, pero sin aspavientos ni estridencias.

Como ya les dije, léanla y esperen la próxima. Otro ejercicio saludable, que por lo menos yo voy a encarar, es leer las otras novelas ganadoras del FutuRóck, porque con ésta han logrado acaparar mi atención sobre sus apuestas.

 
 
 

Comentarios


bottom of page