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"Valecuatro" de Marcelo Figueras (Alfaguara, 2025)

  • Foto del escritor: José Henrique
    José Henrique
  • 13 may
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 20 may



A mí me gusta Figueras, no sólo escribe muy bien, además lo disfruto. Les recomiendo que lean de él "Un muchacho peronista" (2016) o esa belleza que es "La batalla del calentamiento" (2006). También sus notas en "El cohete a la luna",no sólo es acertado el formato narrativo que elige, sino que las preguntas que pone sobre la mesa son muy pertinentes (más allá de que las respuestas que da desde su reformismo herido y su intento impotente de creer que es posible un capitalismo más humano, reciba de la realidad un cachetazo tras otro).

Dicho todo esto, creo que "Valecuatro" es una novela que no termina de funcionar.

Aventuro hipótesis del por qué. Todo escritor cuando enfrenta una obra, lo primero que tiene que definir es su voz narrativa (que siempre es el "personaje" más importante a construir) e inmediatamente después resolver la tensión entre ésta y el autor. Lograr confiar en las sugerencias que esa voz nos hace al oído, por ejemplo, "ese personaje no puede decir eso que vos querés afirmar" o "como me construiste, yo no puedo narrar desde esa perspectiva, o armás otro personaje narrador o escribí un diario personal". Ahora bien, ¿por qué los escritores de ficción, nos bancamos y nos entusiasma armar y dejarle las afirmaciones sobre la realidad que queremos hacer en boca de un personaje como la voz narrativa, que una vez armada hace lo que se le canta? Porque ahí radica la fuerza fascinate de la ficción. Porque esa máscara que construimos hace que surja una voz potente, ya que permite que surja lo que afirmamos, lo que no nos gusta pero nos permea, en fin, toda nuestra dimensión contradictoria ya que somos un individuo-social, un oxímoron andando. Y esto es lo que seduce e impacta sobre el lector.

Figueras, en esta novela, pide prestada la voz narrativa de sus artículos de "El cohete..." (hasta tal punto que en uno de los últimos lo arma directamente con extractos de su novela y ahí sí funciona) pero eso es un yerro en la novela, le lima todas las contradicciones que quizo explotar con respecto a la pasividad de las clases medias en la dictadura, pierde toda contundencia.

El fuerte de las novelas de Figueras es que combina de una forma exquisita el fantástico, (por lo general coronando y arropando a uno o a varios prersonajes con éste) con la construcción de un mundo hiper real. Lo que genera este choque, al que Figueras le saca un jugo bárbaro, es lo que me seduce de su literatura y que la hace muy efectiva. En "Valecuatro", se impone ese "yo" Figueras de "El cohete...", y esta decisión hace que desplace a un lugar secundario a personajes como Froi, (el adolescente que se autoinmola porque no puede soportar la demencia fingida de la sociedad que lo rodea en medio de la dictadura), y a su madre, una hechicera boliviana. Éstos eran los "personajes figuerianos" que tenían que comandar su novela. Creo que al no decidirse perdió toda la magia y se le transformó en un diario en primera persona, atrapado en la anécdota.

No me gustó "Valecuatro" pero eso no quita que les recomiende meterse en toda su obra porque es un escritor maravilloso.


 
 
 

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