"Un hombre muerto a puntapiés / Débora" de Pablo Palacio
Un hombre muerto a puntapiés / Débora Autor: Pablo Palacio Trabajo introductorio: Alicia Ortega Caicedo (Directora del Área de Letras de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito) Colección: VANGUARDIA www.finalabiertoweb.com.ar
El imaginario de muchos lectores del mundo ubica a la literatura del boom comercial de los ’60, como el momento en que la literatura latinoamericana adquiere un lugar de madurez e importancia con sus pares universales.
Esta ilusión tiene que ver más con una realidad comercial que artística. Las vanguardias latinoamericanas de la primera mitad del siglo XX se expresaron con una calidad y un temperamento inusitados, tanto en la literatura, como en la plástica, la música (tango, son, samba), el teatro y por supuesto estuvieron imbuidas de ese nuevo género de la época, el cine.
La magnitud de estas vanguardias literarias, hace que sea imposible entender el conjunto de la literatura latinoamericana y universal sin transitarlas. Es justo afirmar que éstas, junto con los norteamericanos, probablemente hayan producido las obras más audaces de ese período mundial signado por una situación de crisis, guerras, revoluciones y por la formación acelerada y cosmopolita de las grandes metrópolis en América.
Para rescatar este legado, que desde hace décadas casi no encontramos en librerías, y reubicarlo en su justo lugar, Final Abierto inaugura la colección vanguardias latinoamericanas, reuniendo en un solo volumen, al libro de cuentos Un hombre muerto a puntapiés y la novela Débora del ecuatoriano Pablo Palacio.
Transitar estos textos, publicados en 1927, es asomarse al mundo ingenioso de un autor que hizo de la provocación al lector y la ruptura con los cánones del momento su profesión de fe.
Dice Alicia Ortega Caicedo (Directora del Área de Letras de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito) en el trabajo introductorio de este libro: “(...)El texto incorpora varios elementos que serán recurrentes en la cuentística de Palacio: la escena urbana; las pequeñas realidades de inútiles y vulgares asuntos de la vida cotidiana que arman, sin embargo, el espesor de una vida; personajes angustiados por los tormentos del deseo y la ‘desviación’ de los instintos; la apuesta por la intuición, el humor de narradores que no dejan de reírse y de poner en ridículo las instituciones y normas del orden social vigente en su afán por ejercer el descrédito de la realidad.(...)”.
José Henrique